¿Fumar o no fumar?

Fumar o no fumar en la mesa de cualquier evento se está convirtiendo en una cuestión bastante conflictiva. Hay que pedir permiso para poder fumar, una vez obtenido el consentimiento ya puede disfrutar de su habano. Pero si los compañeros de la mesa no le dan el permiso, debe levantarse e irse a fumar  a un sitio que no moleste a ninguno de los invitados.

Para los amantes del tabaco, fumar un puro es un verdadero placer. Fumar un puro es un placer para los sentidos del  olfato y el gusto. No hay nada más intenso que el buen aroma de una habano y el sabor espeso que le deja en la boca.

Pero para fumarlo como se debe  hay que saber un poco más sobre su ritual, ya que no se fuma como un cigarrillo. Hay una serie de pasos que se deben seguir delicadamente para poder disfrutar del puro.

¿Cómo fumar un habano?

1. Seleccione un habano.  Una vez seleccionada una determinada marca, hay que probar la calidad del puro. Para ello presione ligeramente con los dedos para comprobar que el puro está consistente y tiene flexibilidad en su contenido. Si se rompe o desmigaja es que está seco.

2. Corte del puro.  Hacerle un buen corte al puro es esencial para que vaya tirando adecuadamente y de forma uniforme.

3. Encendido del puro. Hay que encender despacio, de forma uniforme toda la superficie. Se debe ir girando con los dedos sin mover la llama.

4. Vitola. Nunca retire la vitola para fumar, pues corre el riesgo de romper el puro.

5. Caladas. Las caladas deben ser profundas, pero nunca demasiado seguidas para evitar un sobrecalentamiento del puro. Hay que disfrutar en la boca del sabor y expulsar.

puros explicacon

Nunca debe fumar antes de que haya terminado la comida, siempre es mejor esperar a la hora del café y la copa para encender el puro, y mejor si no se hace en la mesa sino en el lugar donde se tome el café y la copa, que puede ser otra estancia. Si se toma el café y la copa en el mismo sitio que hemos comido,  no debe fumar sin el permiso de sus compañeros de mesa.

Pánico a hablar en público

Como bienvenida a este año nuevo 2013 decir que os deseamos lo mejor para esta nueva etapa:  mucho amor, salud y trabajo en todo lo posible. Por ello queremos estrenarnos y regalaros  una entrada que puede ser bastante útil para todos, porque no sólo se puede aplicar al mundo de los eventos, si no también a la vida cotidiana y al mundo laboral: el pánico a hablar en público.

¿Sabías que el pánico escénico o miedo a hablar en público es uno de los peores y más frecuentes temores que afectan a la gente por delante del miedo a las alturas incluso el miedo a la muerte? Por lo tanto debemos asumirlo como algo normal que afecta a cualquiera incluso a los más expertos.  Lo mejor para superarlo es reconocer el problema, familiarizarnos con nuestras reacciones físicas y psicológicas  y enfrentarlas.

Síntomas físicos del miedo a hablar en público: agitación nerviosa, temblores, cosquilleo en extremidades, sequedad de boca, exceso de sudor, corazón a mil y molestias de estómago. Lo que normalmente incrementa estos nervios es que el comunicador se pone en lo peor imaginándose situaciones imprevistas y se exige demasiado perfeccionismo.

¿Como acabar con esos síntomas del miedo a hablar en público? Te proponemos siete claves esenciales para luchar contra este temor:

  1. Reconoce la situación, identifica ese problema psicológico que te está bloqueando, familiarizate con el y transformalo en algo normal y cotidiano quitándole importancia.
  2. No hace falta hacerlo «perfectísimo»: es normal que se nos olvide algo, quedarnos en blanco, no tratar un tema… Pensamos en lo peor, en que nos va a ocurrir cualquier cosa cuando estemos exponiendo y luego nos damos cuenta que realmente no lo hicimos tan mal. Además intentar ser perfectos aumenta la ansiedad de manera importante.
  3. Una buena autoestima: refuerza los sentimientos positivos y expulsa los negativos. Usa tus virtudes y reafirmate en lo que eres ¡Todo va a salir bien!
  4. Relájate: Existen muchas formas de relajarse: respirar hondo, escuchar música, tumbarse e intentar no pensar… cada uno tiene que encontrar la que más le convenga para huir de los pensamientos negativos y liberarse un poco.
  5. Prepárate y práctica: el hecho de practicar la charla,  conocer a los públicos, trabajar en la organización y estructura de la presentación… ayuda mucho a romper con la ansiedad y el miedo.
  6. Empieza con energía: el inicio es el peor momento, una vez que se arranca los miedos y ansiedades tienden a ir desapareciendo. Un elevado tono de voz y una sonrisa, no dejarse llevar por el pánico cuando nos tiemble la voz, llevar muy preparada y ensayada la introducción y el establecimiento  de lazos de afinidad con la mirada de caras amigas entre el público nos ayudarán a superar los miedos y relajarnos.
  7. Felicitate cuando todo salga adecuadamente: conforme el miedo va desapareciendo, te sentirás mucho mejor, más relajado y seguro de ti mismo, tendrás más en cuenta otros factores de la presentación y todo saldrá fluidamente sin darte cuenta.

Ahora es tu turno, prepara tu presentación, ensayala y ¡a por ella!

El papel del anfitrión en un evento.

Para empezar ¿Qué es ser anfitrión y qué responsabilidades conlleva serlo? El anfitrión, por lo general, es el máximo responsable de la organización del evento, de convocar, recibir y despedir a los invitados  además facilita las presentaciones entre ellos, y sobre todo asume las necesidades y decisiones relacionados con el protocolo.

Un buen anfitrión es una persona comprometida, que cuida hasta los más mínimos detalles, que intenta estar atento a todo lo que ocurre para que no haya problemas sin dejar de lado a sus invitados. Es una tarea muy difícil pero muy satisfactoria si todo sale bien.

Captura Spot Ferrero Rocher y Paloma Cuevas.

Cuando hablamos de anfitrión no tenemos porque pensar  únicamente en una persona física que decide organizar y celebrar un evento, esta claro que es la persona encargada de promover y organizar el acto ya sea a título personal o en su condición de autoridad o representación de alguna institución pública o privada pero otras ocasiones los anfitriones pueden ser varios. Por ejemplo, si un Ayuntamiento convoca un evento los anfitriones serán el Alcalde principalmente pero también su corporación municipal.

También está la figura del «pseudoanfitrión«, es menos conocida pero bastante interesante. El «pseudoanfitrión» es el dueño del lugar donde se celebra el evento pero sin necesidad de ser el convocante. En muchas ocasiones podemos encontrar situaciones conflictivas porque el «pseudoanfitrión» puede reclama la presidencia del acto o un puesto más alto del que le corresponde por el hecho de haber cedido su propiedad. Por ejemplo: un concierto que se celebre en un auditorio municipal pero que este promovido por una entidad financiera, el Alcalde  o Concejal de Cultura no podrían reclamar la presidencia porque corresponde a las máximas figuras de la entidad financiera. La solución sería conceder un tratamiento de honor como un palco o asientos privilegiados a los miembros del Ayuntamiento como agradecimiento.