La verdad es que las flores son un recurso muy utilizado en la decoración de eventos y actos, sin embargo, hoy en día su uso ha comenzado a minorizarse, recurriendo a otras formas de decoración y diseño.
El uso de flores y plantas decorativas debe estar bastante moderado y controlado. Por ejemplo, a la hora de celebrar un almuerzo, las mesas suelen ir decoradas con centros florales. Esto significa que si optamos por este acompañamiento tenemos que tener en cuenta varias cosas: la época del año en que nos encontremos, alergias de los comensales, los olores que pueden contrarrestar el sabor de las comidas, los recipientes que las contienen que deben concordar con el diseño general del evento y la altura y diseño del centro no podrá impedir la visión de los comensales y dejará el espacio suficiente en la mesa para el desarrollo del almuerzo con normalidad. Sin embargo, los centros florales están siendo sustituidos cada vez más por otros accesorios como centros con velas y otros adornos.
Las flores también se utilizan como ofrenda de bienvenida a las mujeres. En los actos en los que el invitado de honor vienen acompañado de su mujer, esta es obsequiada con un ramo a su llegada, por lo que es muy importante y recomendable que el tamaño de este no sea muy grande y que le permita llevarlo con una sola mano el resto del acto, porque si no, lo más seguro es que acabe abandonado en alguna silla o simplemente extraviado. Esto le puede resultar bastante incómodo a la invitada y como solución a ello, quizás enviar el ramo a casa antes del evento o el día de después con una tarjeta de agradecimiento sería lo más adecuado y acertado.
Por lo tanto, el uso de flores en un evento puede ser un asunto delicado que hay que pensar bien y ver que posibles consecuencias puede tener. Sin embargo un uso adecuado y moderado de ellas le aporta elegancia al acto.